LA CLAUSURA

La vida de clausura comporta una separación de lo exterior conforme a las orientaciones de la congregación para conseguir el desprendimiento interior y una vida de silencio y soledad para el encuentro con el Esposo.Es una ayuda para llegar a la libertad de espíritu y a una gozosa configuración con Cristo.





LA CONTEMPLACION

La contemplación se trata siempre de una experiencia vivencial, no de una definición teórica.









EL SILENCIO

Esto medio facilita el encuentro con Dios en la oración. Los discípulos sentados a los pies del Señor escuchan su palabra, (cf. Lc. 10, 39) y en silencio gustan y buscan las cosas de arriba donde está su vida escondida con Cristo en Dios (cf. Col 3, 1-4)




LA SOLEDAD

Es un ambiente necesario para poder escuchar a Dios, para estar siempre en oración haciendo lo que hay que hacer, desarrollando todas nuestras capacidades para estar en un amor creciente hacia nuestro Esposo, la soledad nos ayuda a meditar en la Palabra, centrar en nuestro interior los Salmos, así como Moisés que tuvo que alejarse para escuchar la voz del Señor, (cf. Ex 16).

La naturaleza misma de la vida consagrada resalta así como raíz profunda que alimenta y unifica todos los aspectos de la existencia de los religiosos y religiosas.

Vuestras casas han de ser, por encima de todo, centros de oración, de recogimiento, de diálogo - personal y sobre todo comunitario - con Aquel que es y debe seguir siendo el primer y principal interlocutor en la trabajosa sucesión de vuestras jornadas. Si sabéis alimentar este clima de intensa y amorosa comunión con Dios, os será posible llevar adelante sin tensiones traumáticas o peligrosas desbandadas, esa renovación de la vida y de la disciplina a la cual el Concilio Ecuménico Vaticano II os ha comprometido .


HERMANITAS CONTEMPLATIVAS DE LA ANUNCIACION.

Vereda Don Diego, Sector El Tabor.
El Retiro - Antioquia.
Colombia.

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