Nueva Beata Colombiana

Fundadora Hermanitas de la Anunciación

La ceremonia tuvo lugar el 29 de Octubre de 2022 en Medellín, Colombia.

La celebración fue presidida por el Señor Cardenal Marcello Semeraro, Prefecto del Dicasterio para la Causa de los Santos, delegado de S.S. el Papa Francisco.

Reliquia

«Santo es aquel que la muerte lo encuentra luchando»

Beata Berenice

Las Hermanitas Contemplativas de la Anunciación surgen como respuesta al sueño y deseo que albergó Madre María Berenice por siempre en su corazón de “ser Carmelita contemplativa”.

Catedral Metropolitana de Medellín
Nuestra querida Fundadora, Madre María Berenice, desde niña sintió el hondo deseo de “vivir en el Carmelo, sumergida en Dios, dedicada a la oración, la contemplación, el sacrificio y el trabajo por amor a su Señor y a la Iglesia, deseo que va acrecentándose fuertemente, día a día, hasta el punto de llevar la cuenta de los días que le faltan para concluir el año escolar e ingresar definitivamente a su tan soñado anhelo de ser Carmelita, como Santa Teresa, siente el deseo de ser santa y se empeñará con todas sus fuerzas para conseguirlo. Pero los planes de Dios sobre ella, eran otros y Madre Berenice como preparación a la vida del claustro ha decidido obedecer siempre, porque ha descubierto que en los confesores y superiores se manifiesta la Voluntad de Dios , la que está dispuesta a acatar, aunque en ello perdiera la vida, y la prueba no se hace esperar y pronto sus sueños de Carmelita se verán derrumbados y transformados por otro carisma y otra manera de seguir al Señor en la búsqueda de la santidad, que tanto la entusiasmaba, y el instrumento es un sacerdote Carmelita que la conduce hasta la Presentación, donde echará raíces y permanecerá desde su ingreso el 20 de diciembre de 1917 hasta el 23 de octubre de 1953, fecha en que vestirá el hábito y emitirá su Profesión como Hermanita de la Anunciación. María Berenice solo quiere hacer la Voluntad de Dios, y por eso acepta acallar ese hondo grito y esa sed infinita de contemplación Carmelitana. “Y Dios no se deja vencer en generosidad”, frase que tantas veces repetía en su vida, y le permite penetrar en la hondura contemplativa del Misterio de la Encarnación del Verbo y su entrega amorosa al Padre y a los hombres en la Eucaristía. (Cfr. Otra humilde esclava del Señor.  pág. 28-29).